El Constructivismo
En la actualidad, el tema del
aprendizaje se aborda con la colaboración de una ciencia interdisciplinaria, la
cual se basa en investigaciones de: psicología, educación, ciencias
computacionales, filosofía, sociología, antropología, neurociencias y otros
campos que estudian el aprendizaje.
Supuestos básicos de
las ciencias del aprendizaje
Existen tres supuestos básicos de las
ciencias del aprendizaje, mostrados en la siguiente imagen:
De acuerdo con la neurociencia (parte
de las ciencias del aprendizaje), otra relación clara entre el cerebro y el aprendizaje
en el aula se encuentra en el área de las emociones y el estrés, factores que
si bien es cierto son personales, son causados también por factores exógenos.
En contra y a favor de las neurociencias
Existen puntos y contrapuntos sobre las
neurociencias y la postura de la educación basada en el cerebro. Por un lado, John
Bruer (1999, 2002), presidente de la fundación James S. McDonnell, manifiesta
que las implicaciones no son claras, “que muchas de las denominadas
aplicaciones de la investigación cerebral empiezan como una ciencia sólida,
pero que después se convierten en especulación injustificada y terminan siendo
un atractivo cuento popular acerca del cerebro y el aprendizaje” (Citado en
Woolfolk, 2010). Bruer cuestionaba la especulación sobre la ciencia, por
ejemplo, la aseveración del aprendizaje del cerebro derecho y del cerebro
izquierdo.
Por otro lado, Tami Katzir y Juliana
Paré-Blagoev (2006) en su artículo “Aplicación de las investigaciones de las
neurociencias cognoscitivas a la educación”, publicado en la revista
Educational Psychology, concluyeron lo siguiente: “Cuando se aplican de manera
correcta, las ciencias del cerebro pueden funcionar como un vehículo para
mejorar la aplicación de nuestros conocimientos acerca del aprendizaje y el
desarrollo” (Citado en Woolfolk, 2010). Desde esta perspectiva, se justifica la
importancia del estudio del cerebro para entender mejor los problemas del
aprendizaje.
Implicaciones para
quien aprende
Varios estudios revelan diferencias en
la actividad cerebral relacionadas con la instrucción. Woolfolk toma como
ejemplo la investigación realizada por Margarete Delazer y sus colaboradores
(2005), quienes compararon la actividad cerebral de estudiantes mientras
aprendían nuevas operaciones aritméticas, ya fuera al memorizar las respuestas
o al aprender una estrategia algorítmica. Gracias a una imagen por resonancia magnética
funcional (fMRI), los investigadores descubrieron que “los estudiantes que
únicamente memorizaron las respuestas presentaban una mayor actividad en el
área del cerebro que se especializa en recuperar información verbal, mientras
que los alumnos que utilizaron una estrategia presentaron una mayor actividad
en la porción de procesamiento visoespacial del cerebro” (Citado en Woolfolk,
2010).
Implicaciones para
quien enseña
Por su parte, Marcy Driscoll (2005)
plantea las siguientes implicaciones para el aprendizaje:
1. Muchas funciones cognoscitivas están
diferenciadas, es decir, están asociadas con diferentes partes del cerebro. Por
ello, los aprendices podrían tener modos de procesamiento preferidos (ya sea
visual o verbal, por ejemplo), así como distintas capacidades en estos modos
diferentes. El uso de diferentes modalidades y actividades de instrucción,
dirigidas a sentidos diferentes, podrían apoyar el aprendizaje; por ejemplo, al
utilizar mapas y canciones para enseñar geografía.
2. El cerebro tiene cierta plasticidad,
de manera que los ambientes activos enriquecidos y las estrategias instruccionales
flexibles podrían fomentar el desarrollo cognoscitivo de los niños pequeños y
el aprendizaje de los adultos.
3. Algunos problemas del aprendizaje
tienen una base neurológica; los exámenes neurológicos podrían ayudar a
diagnosticar y tratar estos padecimientos, así como también a evaluar los
efectos de diversos tratamientos.
Lo anterior, sin dejar de lado que otra
relación clara entre el cerebro y el aprendizaje en el aula se encuentra en el
área de las emociones y el estrés.
Perspectivas
constructivistas del aprendizaje
El constructivismo es un término
general utilizado por los filósofos, planeadores educativos, psicólogos, docentes
y otros. Ernst Von Glasersfeld (1997, p. 204) lo define como “una vasta área de
la psicología, la epistemología y la educación contemporáneas” (Citado en
Woolfolk, 2010).
Las principales raíces intelectuales de
las perspectivas constructivistas están fundamentadas en las investigaciones de
Piaget, Vygotsky, los psicólogos de la Gestalt, Bartlett, Bruner y Rogoff, así
como en la filosofía de John Dewey y el trabajo de Jean Lave en antropología.
Existen dos ideas centrales en el constructivismo:
Constructivismo de la primera ola
Los constructivistas psicológicos se enfocan en la manera en que los
individuos usan la información, los recursos e incluso la ayuda de los demás
para crear y mejorar sus modelos mentales y estrategias de solución de
problemas. Piaget tenía un interés especial en la lógica y la construcción de
conocimientos universales que no pueden aprenderse directamente del entorno, es
decir, conocimientos como la conservación o la reversibilidad (Miller, 2002).
Constructivismo de la segunda ola
Los constructivistas sociales consideran que el aprendizaje mejora
nuestras habilidades para participar con los demás en actividades que son
significativas dentro de la cultura. Vygotsky creía que la interacción social,
las herramientas culturales y la actividad moldean el desarrollo y el
aprendizaje individual (Martin, 2006).
Al participar en una amplia gama de actividades con los demás, los
aprendices se apropian de los resultados generados por el trabajo conjunto;
estos resultados podrían incluir nuevas estrategias y conocimientos.
De acuerdo con Mason (2007), apropiarse
significa ser capaz de razonar, actuar y participar utilizando herramientas
culturales; por ejemplo, herramientas conceptuales como “fuerza” y
“aceleración” para razonar acerca de fenómenos físicos (Citado en Woolfolk, 2010).
Definición grupal de aprendizaje
Se enlaza justamente
en este punto la definición de aprendizaje propuesta por las autoras de este
blog, quienes perciben el aprendizaje como una forma de apropiarse de los
conocimientos, verlos desde una perspectiva personal para enriquecerlos y
personalizarlos.
Así como lo concibe el
constructivismo social, un aprendizaje que implique pertenecer a un grupo y
participar en la construcción social del conocimiento.
El construccionismo
A pesar de que no constituye uno de los principales intereses de la
psicología
educativa, es importante su definición
ya que este término se emplea para hablar acerca de la forma como se crea el
conocimiento público.
Según Woolfolk (2010), los construccionistas sociales no se enfocan en
el aprendizaje individual; más bien se interesan en la manera en que se
construye el conocimiento público en disciplinas como ciencias, matemáticas,
economía o historia.
Construcción de conocimiento
desde el constructivismo
Por otra parte, Moshman (1982) describe
tres explicaciones de cómo se construye el conocimiento desde el
constructivismo:
- Las
realidades y verdades del mundo externo dirigen la construcción de los
conocimientos. Los individuos reconstruyen la realidad externa al crear
representaciones mentales precisas. Cuanto más aprende la persona, cuanto
más profunda y general es su experiencia, mejor será la forma en que sus
conocimientos reflejen la realidad objetiva.
- Procesos
internos, como la organización, asimilación y acomodación de Piaget,
dirigen la construcción de los conocimientos. Los nuevos conocimientos se
abstraen de los antiguos. Los conocimientos no son un espejo de la
realidad, sino una abstracción que crece y se desarrolla con la actividad
cognoscitiva.
- Tanto
los factores internos como los externos dirigen la construcción de los
conocimientos. Los conocimientos se desarrollan a través de las
interacciones de factores internos (cognoscitivos) y externos (ambientales
y sociales). La descripción que hace Vygotsky del desarrollo cognoscitivo,
a través de la apropiación y el uso de herramientas culturales como el
lenguaje, es congruente con esta perspectiva.
Condiciones para el
aprendizaje constructivista
A pesar de los muchos modelos constructivistas,
dentro de esta teoría en general, se recomiendan cinco condiciones para el
aprendizaje (Driscoll, 2005; Marshall, 1992), que todo educador debe tomar en
cuenta:
1.
Insertar
el aprendizaje en ambientes complejos, realistas y pertinentes.
2.
Ofrecer
elementos para la negociación social y la responsabilidad compartida, como
parte del aprendizaje.
3.
Brindar
múltiples perspectivas y utilizar múltiples representaciones del contenido.
4.
Fomentar
la conciencia personal y la idea de que los conocimientos se construyen.
5.
Motivar
la propiedad del aprendizaje.
Aprendizaje por
indagación
De acuerdo con Woolfolk (2010), el aprendizaje
por indagación es el método en el cual el maestro presenta una situación
intrigante y los estudiantes resuelven el problema reuniendo datos y sometiendo
a prueba sus conclusiones. El formato Básico de este método fue descrito por John
Dewey en 1910.
¿Cómo implementarlo?
El maestro presenta un hecho, una
pregunta o un problema desconcertante. Los alumnos:
• formulan hipótesis para explicar el
hecho o resolver el problema,
• reúnen datos para probar las
hipótesis,
• obtienen conclusiones y
• reflexionan sobre
el problema original y sobre los procesos de pensamiento necesarios para
resolverlo.
Aprendizaje basado en problemas
De acuerdo con Woolfolk (2010), el aprendizaje
basado en problemas ofrece “métodos que ofrecen a los estudiantes problemas
realistas que no necesariamente tienen respuestas “correctas”. En el proceso
los estudiantes deben aplicar sus conocimientos flexibles (adquiridos
previamente) que puedan aplicar a muchas situaciones, a diferencia del
conocimiento inerte. “El conocimiento inerte es la información que se memoriza
y que rara vez se aplica” (CTGV, 1996; Whitehead, 1929).
Otra meta del aprendizaje basado en
problemas consiste en aumentar la motivación intrínseca y las habilidades para
solucionar problemas, la colaboración, la toma de decisiones basada en
evidencias y el aprendizaje autodidacta para el resto de la vida.
El Grupo de Cognición y Tecnología de
la Universidad de Vanderbilt (1993) elaboró un método basado en problemas que
se conoce como instrucción anclada.
El ancla representa una situación desafiante, rica e interesante y proporciona
un enfoque, es decir, una razón para crear ideas tendientes a resolver el
problema.
¿Cómo implementarlo?
Según los plantean Klein y Harris
(2007), el aprendizaje basado en problemas se divide en las siguientes fases:
1. El ciclo inicia con
un desafío interesante para toda la clase.
2. Luego, los
estudiantes generan ideas para reunir sus conocimientos y creencias, utilizando
la lluvia de ideas individual, en grupos pequeños o con todo el grupo, u otro
tipo de actividades.
3. Se añaden múltiples
perspectivas al proceso, como expertos externos (en vivo, en video o en
textos), sitios Web, artículos de revistas o un CD sobre la materia.
4. Los estudiantes
investigan y revisan con mayor profundidad. Consultan más libros de texto o
asisten a conferencias, mientras revisan ideas y tal vez ordenan su
pensamiento.
5. Los estudiantes ponen
a prueba su perseverancia al recibir retroalimentación de otros estudiantes o
del profesor acerca de sus conclusiones tentativas. Algunos exámenes formativos
(sin calificación) podrían servir para evaluar la comprensión que han logrado
hasta ese momento.
6. Los estudiantes hacen
públicas sus conclusiones y soluciones finales por medio de presentaciones
orales, carteles y proyectos o un examen final.
Tutelajes cognoscitivos
El tutelaje cognoscitivo es la relación en la cual un aprendiz menos
experimentado adquiere conocimientos y habilidades mediante la guía de un experto.
¿Cómo implementarlo?
Con base en la investigación de Woolfolk (2010), hay muchos modelos de
tutelajes cognoscitivos, pero la mayoría comparte seis características:
1. Los estudiantes
observan a un experto (por lo general, al profesor) modelar la ejecución.
2. Los estudiantes
reciben apoyo externo mediante el entrenamiento o la tutoría (incluyendo
sugerencias, retroalimentación, modelos y recordatorios).
3. Los estudiantes
reciben andamiaje conceptual, que se desvanece de manera gradual conforme se
vuelven más competentes y hábiles.
4. Los estudiantes
expresan sus conocimientos de forma continua, comunicando con sus propios
términos su entendimiento de los procesos y el contenido que están aprendiendo.
5. Los estudiantes
reflexionan acerca de su progreso, comparando su resolución de problemas con el
desempeño de un experto y con sus propias ejecuciones anteriores.
6. Se requiere que los
estudiantes exploren nuevas maneras de aplicar lo que están aprendiendo (las
cuales no han practicado al lado del experto).
Otra forma de implementar el tutelaje cognoscitivo en por medio de la enseñanza recíproca. Este es un método
diseñado para ayudar a los estudiantes a entender y pensar con profundidad en
lo que leen.
Por medio de una investigación titulada “When Student Becomes Teacher”, Palincsar
(1986) identifica tres lineamientos para una enseñanza recíproca eficaz:
1. Cambio gradual. El
cambio del control del maestro a la responsabilidad del estudiante debe ser
paulatino.
2. Ajuste de las
demandas de acuerdo con las habilidades. La dificultad de la tarea y la
responsabilidad deben ajustarse a las habilidades de cada estudiante, e
incrementarse conforme tales habilidades se desarrollen.
3. Diagnóstico del
pensamiento. Los profesores deberían observar cuidadosamente la “enseñanza” de
cada estudiante para obtener indicios sobre su forma de pensamiento y el tipo
de instrucción que necesita.
Aprendizaje cooperativo
Cómo los explica Woofolk (2010), la colaboración
por sí sola es la filosofía acerca de la forma de relacionarse con los demás: cómo
aprender y trabajar con ellos. Por otra parte, la cooperación es la forma de trabajar con los demás para lograr una
meta común. Sin embargo, el aprendizaje
cooperativo son las situaciones en las que la elaboración, interpretación,
explicación y argumentación forman parte integral de la actividad del grupo, y
en las que el aprendizaje recibe el apoyo de otros individuos.
¿Cómo implementarlo?
David y Roger Johnson (1999a) listan cinco elementos que definen el
verdadero aprendizaje cooperativo (Citado en Woolfolk, 2010):
• Interacción cara a cara
• Interdependencia positiva
• Responsabilidad individual
• Habilidades de colaboración
• Procesamiento grupal
Se mencionan los siguientes diseños para la cooperación:
1. El interrogatorio recíproco no requiere de
materiales especiales o procedimientos de prueba, y se puede utilizar con una
amplia gama de edades. Después de una lección o presentación del profesor, los
estudiantes trabajan en pares o tríos para hacer y responder preguntas acerca
del material (King, 1990, 1994, 2002).
2. En el jigsaw, creado por Elliot Aronson y sus
alumnos de posgrado (2000), cada miembro del grupo recibe una parte del
material que debe aprender todo el grupo y se convierte en un “experto” en su
tema. Puesto que los estudiantes deben aprender y serán evaluados en cada tema
del “rompecabezas” completo, la contribución de cada uno es importante y los
estudiantes son verdaderamente interdependientes.
3. En la polémica estructurada, los estudiantes
trabajan en grupos de dos, dentro de sus grupos cooperativos de cuatro
miembros, para investigar una polémica específica. El aprendizaje se da a partir de conflictos académicos e interpersonales.
Aunado a lo anterior, aparece un programa constructivista integrado
denominado comunidades de aprendizaje,
el cual es un sistema de actividades interactivas que producen un ambiente de
aprendizaje conscientemente activo y reflexivo, y que utiliza un ciclo de aprendizaje
de investigar, compartir y ejecutar (Wollfolk, 2010).
Dilemas enfrentan los profesores constructivistas
Dentro de los dilemas que pueden enfrentar los profesores
constructivistas están los siguientes:
1. Dilemas conceptuales:
Entender los fundamentos del constructivismo cognoscitivo y social; conciliar
las creencias actuales acerca de la pedagogía con las creencias necesarias para
fomentar un ambiente de aprendizaje constructivista.
2. Dilemas pedagógicos:
Enaltecer los intentos de los alumnos de pensar por sí mismos y, al mismo
tiempo, mantener la lealtad hacia las ideas disciplinarias aceptadas;
desarrollar conocimientos más profundos en la materia; dominar el arte de la
facilitación; manejar nuevos tipos de discurso y trabajo colaborativo en el
salón de clases.
3. Dilemas culturales:
Estar consciente de la cultura del salón de clases; cuestionar los supuestos
acerca del tipo de actividades que deben valorarse; aprovechar las experiencias,
los patrones de discurso y los conocimientos locales de los alumnos con
diversos orígenes culturales.
4. Dilemas políticos:
Afrontar aspectos de la responsabilidad frente a varios grupos de interés de la
comunidad escolar; negociar con las personas adecuadas la autoridad y el apoyo
para una enseñanza dirigida hacia el entendimiento.
¿De qué manera el aprendizaje de servicio fomenta
la participación de los estudiantes y el aprendizaje académico?
El aprendizaje de servicio se define como “una estrategia de enseñanza y
aprendizaje que integra un servicio a la comunidad significativo, con
instrucción y reflexión para enriquecer la experiencia de aprendizaje, enseñar
responsabilidad cívica y fortalecer a las comunidades” (National Service Learning
Clearing House, s.f.). Es considerado también como una forma de aprendizaje
basado en problemas.
Los proyectos de servicio comunitario pueden fomentar el desarrollo
moral de los adolescentes, así como sus sentimientos de competencia y agencia,
y su tolerancia de las diferencias; también podrían alentarlos a reflexionar de
manera crítica con respecto a su papel dentro de la sociedad.
Este método combina el aprendizaje académico con el desarrollo personal y
social de estudiantes de secundaria, bachillerato y universidad.
En el ámbito propiamente académico, todas las competencias desarrolladas
en el estudiante lo beneficiarían para interactuar en el salón de clases y esto
lo beneficiaría en el proceso de aprendizaje; todo se entrelaza.
¿De qué manera los ambientes de aprendizaje ricos
en tecnología funcionan como andamios para el aprendizaje y la motivación de
los estudiantes?
Como lo menciona Woolfolk (2010), “parece que las computadoras, los
teléfonos celulares, las agendas electrónicas, los iPod, los videojuegos y
otros medios digitales han cambiado la vida de todos”.
Nuestros estudiantes han nacido en medio de esta revolución tecnológica,
y demandan del docente mayor interacción con todas las herramientas que la
ofimática nos ofrece. Ellos se han vuelto jóvenes que realizan multitareas en
los medios, debido a que “suelen hacer la tarea mientras intercambian mensajes
con amigos por medio del correo electrónico o del teléfono celular, realizan
búsquedas en Internet y descargan recursos (y al mismo tiempo escuchan música
en su iPod o ven la televisión)” (Woolfolk, 2010). Además agrega que, “al igual
que cualquier herramienta de enseñanza, las computadoras pueden ser efectivas
si se emplean adecuadamente, pero el simple hecho de trabajar en una
computadora no incrementa de manera automática el rendimiento académico”.
A pesar de que la tecnología es un andamio para el aprendizaje no hay
que olvidar que existe una brecha
digital, es decir, una línea divisoria del acceso a las tecnologías entre
las personas de nivel socioeconómico alto y bajo. Situación que no hay que
perder de vista como docente a la hora de planear una lección, ya que queremos
brindar las mismas oportunidades a todos nuestros alumnos y no cometer
injusticias en el proceso de aprendizaje; el objetivo principal es procurar su
motivación e incrementar sus deseos de aprender.
Con el advenimiento de los medios digitales surgió un nuevo interés por
el alfabetismo digital o de medios
de comunicación. En la actualidad, para ser individuos alfabetizados (es decir,
ser capaces de leer, escribir y comunicarse), los niños deben leer y escribir
en muchos medios, y no sólo con palabras escritas. El alfabetismo de medios de
comunicación generalmente se define como “la capacidad de tener acceso,
analizar, evaluar y comunicar mensajes en una gran variedad de formas”
(Aufderheide y Firestone, 1993, p. 7). Razón por la cual, los decentes deben
actualizarse en cuanto al manejo de herramientas tecnológicas para poder guiar
de la mejor manera la inserción de los estudiantes en este mundo digital.
Diversidad
El poder y el valor de la diversidad forman parte del marco teórico de
los enfoques constructivistas del aprendizaje. Por su naturaleza, el
constructivismo espera y respeta la diversidad, ya que un principio importante de
estas teorías es que el conocimiento se construye socialmente, es decir, está
conformado por la cultura y las familias en que los individuos aprenden, se
desarrollan y crean su identidad. Se debe tomar en cuenta su actividad
cerebral, su entorno social e individual.
Artículos
El primero de los artículos seleccionados se titula “Realidades,
Construcciones y Dilemas. Una revisión filosófica al construccionismo social”, fue
escrito por Pablo López-Silva (2013) y en él se discuten los postulados
epistemológicos de una de las expresiones relativistas del denominado
constructivismo i.e.: el construccionismo social. Para tal efecto, se rastrean
los orígenes teóricos del constructivismo y se distinguen los principales
postulados del construccionismo social de Kenneth Gergen. Además, se analizan
las consecuencias que los postulados construccionistas tienen en la praxis que
lleva a cabo las ciencias sociales. El análisis concluye con la teoría de que
la exclusión de distinciones filosóficas claras por parte del construccionismo
social le resta plausibilidad al enfoque. (López, 2013. Pág. 9).
El segundo artículo, “Consideraciones tecnológicas y pedagógicas del
constructivismo social”, escrito por Diana Castillejo y Diana Garzón
(2014), analiza la inherencia de las redes sociales, la computación sensible y
el software social en la forma de vivir y aprender de las personas y, por
ende, en el quehacer educativo. en él se visualiza el entorno tecnológico
desde el punto de vista del quehacer educativo y bajo la construcción actual de
aprendizaje mediado por las redes y la tecnología dentro y fuera del
aula. Concluye que teorías antiguas como el constructivismo, al ser sometidas a
algunas variaciones, tienen aún relevancia en los procesos exitosos
de aprendizaje humano (Castillejo y Garzón, 2014, pag. 7).
En el tercero de los artículos escogidos, “Social-Constructivism:
Futuristic Sphere for eLearning in HEIs” escrito por Allah Nawaz (2012),
se explica que bajo la teoría del "objetivismo" un maestro es
"sabio en la etapa" donde el estudiante es pasivo mientras que el
profesor es activo y lo que es entregado por el profesor es aceptado
incuestionablemente por el estudiante. Sin embargo, en el ambiente de aprendizaje
del constructivismo, se supone que un profesor desempeña el papel de "guía
al lado" dando así más espacio y lugar a los estudiantes para aprender por
sí mismos. Asimismo, aborda el tema de las tecnologías de la información y la
comunicación (TIC) en los entornos de aprendizaje. Dicha investigación es un
esfuerzo para rastrear los hitos en el camino desde el objetivismo al
constructivismo particularmente en la educación superior (Nawaz, 2012, p. 1).
Los invitamos a continuar la lectura de las siguientes páginas del blog,
en las cuales se desarrolla con mayor profundidad cada uno de los artículos
mencionados.
Bibliografía
Castillejo y Garzón, 2014. Consideraciones tecnológicas y
pedagógicas del constructivismo social. Recuperado de http://www.uelbosque.edu.co/sites/default/files/publicaciones/revistas/revista_tecnologia/volumen13_numero1/15_articulo13_rev-tec-vol13-num1.PDF
López, P (2013). Realidades, Construcciones y Dilemas. Una revisión
filosófica al construccionismo social. Recuperado de http://web.b.ebscohost.com.talamanca.uned.ac.cr/ehost/pdfviewer/pdfviewer?sid=19505eac-9cc0-46b6-b016-7cae1cf1ff51%40sessionmgr120&vid=5&hid=118
Nawaz, A. (2012). Social-Constructivism: Futuristic Sphere for
eLearning in HEIs. Recuperado de https://globaljournals.org/GJMBR_Volume12/3-Social-Constructivism-Futuristic-Sphere.pdf
Woolfolk, Anita. (2010) Psicología educativa. 11a. edición. Pearson
Educación, México.
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